NO, mejor SI.

Era de las que terminaba diciendo NO a todo. NO, porque algo me tincaba poco. NO, porque había un detallito que no me convencía. NO, porque en ese instante faltaban ganas. NO, NO y NO.

Un día aburrido estuve viendo, por segunda vez, un capítulo muy lindo de una serie adolescente (Skins, que hubiese querido verla en mi adolescencia).

La cosa es esta: Un chiquillo y una chiquilla deciden hacer un trato. Él intentaría esforzarse, pero en serio, en encontrar pega y surgir. Ella cambiaría el NO por el SI.

Hizo clic. Me dije a mi misma “CTM, yo soy una persona NO”, entonces decidí cambiar el NO por el SI. Con la única diferencia que las cosas que no transo, jamás serán SI (tenía que partir por lo simple, no hay que ser masoquista tampoco).

Y lo más chistoso es que siempre estuve equivocada! Nunca fui un NO, siempre fui un SI. Esto de andar mal enfocada por la vida es un problema señores. Me perdí buenísimos ratos por ser una NO. Así que ahora disfruto a concho ser un SI.

Y hay momentos en que estas decisiones se ponen a prueba y la mía fue decidir hacer un viaje o ahorrar para mi tiempo de cesantía.

SI, me voy de viaje y estoy demasiado feliz.

Todo el mundo ha ido, pero es primera vez que me voy a Buenos Aires y estoy entusiasmadísima (además de que todo el mundo me dice que me encantará). Volveré y no tendré NI UNO, pero me importa? Mmm yo creo que no. En mi posición de NO, estaría triste, ansiosa y buscando pega como enferma. Ahora disfruto de mi cesantía, estoy entusiasmada y para más remate siento que apenas vuelva encontraré pega.

AY, si ser un SI es muchísimo mejor.

Inténtelo! Es el consejo del día de hoy.