Sensible

Hace un tiempo que decidí andar feliz por la vida y he sido muy feliz conmigo misma. No era tarea fácil, pero lo logré. Y a pesar de que hay muchas cosas que no son igual que antes y son penas que se llevan inevitablemente, eso no ha sido un impedimento.

El punto es: hay días en que uno anda más sensible, llorona y tristona (gracias lluvia de febrero). Y he pensando muchas veces ¿qué tanto uno se permite andar llorona? Hay mucha gente que no llora nunca, porque “hay que ser fuerte” o “no mostrar debilidad”. Y hay otros que usan el llanto y la pena como manipulación de situaciones.


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Lo asumo, yo era de las que no lloraba NUNCA (salvo si se trataba de algún accidente animalezco o película de monitos). El punto es que no me lo permitía, mi cabeza lo asociaba inmediatamente a señal de debilidad. Llegó a un punto tal que exploté y el llanto me vino en forma desmedida. Y claro, fui tildada de loca.

Escuche: “No, esto no es normal. Está loca” y me mandaron al psicólogo de inmediato (hay que mandar al taller de reparación la pieza que falla en la casa, no?).

Y resulta que en la psicóloga descubrí que mi gran problema era no expresar lo que sentía y que cuando intentaba hacerlo, esto era inmediatamente reprimido por mi núcleo más cercano. Crecí así pos y qué le voy hacer, no me daba cuenta. Así que comencé con mi trabajo de “dejar fluir” mis sentimientos. Si tengo que llorar, lo hago y qué. Si tengo que saltar, lo hago y qué.

Y lo más importante: que te importe un carajo lo que opinen los demás. Si no hay nada positivo o constructivo que escuchar… ¡que pase de largo!

El otro extremo es la persona de frentón llorona. Una amiga, que es profe de historia, me contaba que una de sus ex compañeras de universidad lloraba por todo. La mala nota: llanto. Desacuerdo en una opinión: llanto. Los niños del curso que tenia a cargo se portaron mal: llanto (y frente a ellos!). Ser la víctima constante.

Y es ahí donde va mi pequeña tranca: cuando es que pasamos el límite de llanto normal a ser la víctima de todo? (nah que ver, pero que Carrie me salió esto. Atroz).

Porque definitivamente no soy víctima, pero tampoco victimaria.

Víctimas son quienes no son capaces de mirar en ellos mismos y hacerse una autocrítica. Y son victimarios por la misma razón. Finalmente son quienes desean ver una sola parte de la historia o esa parte que convenientemente se acomoda a sus propios intereses.

Aún no tengo claro cuál es el límite, pero cada día reprimo menos. Así que si me convierto en la vieja llorona de la cuadra, pero soy más feliz así… parece que he ahí mi camino.

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